Hace poco se realizó un estudio en China con murciélagos en el que se pudo identificar un virus que comparte un 93% de su genoma (🧬) con el SARS-CoV-2. Sin embargo, se descubrió que la región que se adhiere a las células humanas no comparte el suficiente genoma con este virus. Por esta razón, muchos expertos creen que el "coronavirus" es originario de los murciélagos, pero que estos no pudieron transmitirlo a las personas de forma directa.
En otro estudio con pangolines se pudo comprobar que la mayor parte de la población de estos animales había contraído un virus cuyo genoma era idéntico al 99% al que está infectando a las personas. Es muy probable que este animal sea el huésped intermediario (o uno de ellos) para el virus entre los murciélagos y los humanos.
Cabe destacar que el SARS de 2002 también fue originario de los murciélagos y paso a los humanos a través de civetas (mamífero carnívoro de tamaño mediano).

Imagen de una civeta
El COVID y el tabaco 🚬
Se cree que los fumadores (o los que han fumado) son más vulnerables al COVID-19 debido al nefasto estado de salud física de sus pulmones (estas personas pueden padecer enfermedades pulmonares o tener una menor capacidad en sus pulmones), que hace que estos sean más propensos a enfermar de gravedad. Además, fumar supone acercar los dedos (y el cigarro) a la boca, lo que aumenta el riesgo de contagio por el virus. Definitivamente, fumar no es aconsejable, ni en estos momentos ni nunca.
La pandemia y el CO2 🌎
Los confinamientos están teniendo efectos positivos sobre la atmósfera de la Tierra. Se estima que este año 2020 se producirá la mayor caída de emisiones de CO2 de toda la historia, por encima de las dos guerras mundiales y de acontecimientos como la peste negra. Sin embargo, los expertos aseguran que estos efectos sólo son temporales, ya que para que está reducción de emisiones tuviera un impacto notable sobre el planeta, estas tendrían que sostenerse en el tiempo.
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